Como ya sabes si me sigues por las redes sociales suelo ir de vez en cuando a Zaragoza a visitar a unos amigos. Pocas veces hacemos turismo pero esos días con la vuelta al trabajo de alguna gente y que se predecía lluvia decidimos visitar este palacio.
La construcción del palacio de la Aljafería fue ordenada por el segundo monarca de la dinastía de los Banu Hud, como símbolo del poder alcanzado por la Taifa de Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI. El rey llamó a su palacio Qasr al-Surur, Palacio de la Alegría, y a la sala del trono que él presidía en recepciones y embajadas Salón Dorado. Este es el único testimonio conservado de un gran edificio de la arquitectura islámica hispana de la época de las Taifas. Su estructura es alrededor de un patio rectangular abierto y con alberca en el lado sur.
Tras la reconquista de Zaragoza por Alfonso I en 1118, se le llamó la Aljafería. Se convirtió en palacio mudéjar residencia de los reyes cristianos aragoneses, quienes llevaron a cabo sucesivas obras de ampliación y de reacondicionamiento. En esta etapa mudéjar medieval la Aljafería es el foco creador y difusor del arte mudéjar aragonés.
Los Reyes Católicos instalaron en el palacio el Tribunal de la Inquisición y la cárcel real en el año 1485. Mas adelante que Felipe II decidirá, más adelante, transformar el edificio en una ciudadela amurallada con foso intermedio, como se ha conservado hasta la actualidad.
En el siglo XX fue abandonado el palacio y en 1947 comienzan los trabajos de restauración. Tras numerosas intervenciones de restauración y recuperación, desde 1987 el palacio de la Aljafería es sede de las Cortes de Aragón.
*Irene*
